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Mostrando entradas de abril, 2015

La Promesa

E l cuerpo inerte se abre paso entre la muchedumbre abarrotada en la puerta del templo, el neón disimulado entre las orquídeas, resalta las heridas aún sangrantes, mientras realza, dramáticamente, la lividez del difunto. Las manos de los fieles se extendían para tocar la imagen en su sepulcro descubierto, para luego santiguarse parsimoniosamente. Ya en la calle, un oxidado Jeep guía la procesión; en su techo, una ruidosa planta de electricidad daba vida al equipo de sonido el cual emana las lúgubres notas de la música sacra. Detrás, el sacerdote camina solemne, acompañado por un sequito de diáconos en estricto silencio y profunda oración. El Santo Sepulcro avanzaba sostenido por los hombros de las juventudes comprometidas, detrás, la madre, bajo la advocación de la Virgen Dolorosa y luego, Juan, el discípulo amado. Tu cabello blanco contrastaba con la negra chaqueta de cuero, tu caminar pausado pero firme, avanzaba al lado del Cristo en camino a su última morada.