D iciembre de 1997, mi esposa llora inconsolablemente, yo, con un nudo en la garganta trataba de calmarla, aunque me daba cuenta de que la misma situación se repetía entre la multitud a nuestro alrededor. Yo insistía en consolarla, recordándole que no era una sorpresa lo que acabábamos de ver, ya sabíamos lo que ocurriría. Ella, entre sollozos me decía: .- Yo esperaba otro final… Inevitablemente, los seres humanos, siempre esperamos un final feliz. De hecho, por más pesimista que seamos, en nuestro interior mantenemos la llama de la esperanza, aspiramos a que ese final, sea de verdad final. Ese diciembre de 1997, no era una excepción, no había habido un final feliz, ese día nuevamente la Orquesta se había vuelto a hundir con el poderoso trasatlántico y Leonardo di Caprio se soltaba de la mano de su amada, para hundirse en las oscuras y gélidas aguas del atlántico norte, dando fin al nuevo drama de una vieja tragedia, en la magistral obra de James Cameron, TITANIC ....
Espero que este Blog, sirva como foro de ideas y opiniones que ayuden a compartir lo que sentimos y no discutimos, en una Venezuela de sueños robados