El
día 25 de Febrero del 2015, amanecimos con una promesa menos y un asesino más,
los tambores de la protesta suenan, mientras millones de voces se alzan para
decir ¡YA BASTA!
Mientras
tanto, el usurpador habla de golpes, dictan medidas de detención, secuestran
opositores y allanan inmunidades, a la luz de las pruebas obtenidas en la
publicación aparecida en la página de un periódico de tendencia opositora. Las
pruebas, están “entre líneas”…
Al
parecer, Venezuela se convirtió en un país en el cual los golpes e intentonas
son anunciadas en prensa o twitter y firmadas por los conspiradores…
Un
Policía, que aduce haber sido atacado por un niño de 14 años, “esgrimió su
escopeta de perdigones plásticos”, utilizados para la “disuasión de
manifestantes violentos”, y voló los sesos del estudiante de secundaria.
Nuevamente
la ciudad de San Cristóbal, Estado Táchira, vuelve a ser protagonista en la
lucha contra la dictadura, Castro-Chavista-Madurista. A pocos días de que la
ciudad cumpla un año más de vida, vuelve a verse inundada por el olor de las
lacrimógenas, el dolor de los heridos y el clamor de los familiares de los
detenidos y desaparecidos.
El
infeliz “oficial de la Ley”, se amparará en la autodefensa, indicará que seguía
ordenes, según la Resolución Nro. 8610, mediante la cual, el Ministro de la
Defensa, General Padrino López, dicta las Normas sobre la actuación de la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana en funciones de control del orden público,
la paz social y la convivencia ciudadana en reuniones públicas y
manifestaciones, permitiendo en ella, el uso de fuerza letal cuando se
“considere” violenta.
El
tiempo y las distracciones permitirán la desaparición del implicado una vez más,
el cual tan solo “cumplía órdenes”, mientras la ministra Carmen Meléndez dice
que no habrá impunidad en un país reconocido por la existencia de un 90% de
impunidad en los crímenes.
Este
25, a escasos días de cumplirse un año de la masacre del Día de la Juventud, de
la encarcelación absurda de Leopoldo López, del “Grito de los Gochos”, después
de 43 muertos en protestas durante el 2014, la mayoría caídos víctimas del
letal disparo en la cabeza, alzamos nuestra protesta ante el vil asesinato de
un niño que nació y murió en revolución.
Hoy
despierto con el alma constipada, resfriada y tan acatarrada como acatarrados
están mis… (Se los dejo a su imaginación)
Creo que me he contagiado de “venezolanitis”.
¿Un
país que despierta en pie de lucha, porque UN
Policía, le disparó a UN niño, luego
de todo lo que ha ocurrido en estos últimos 15 años?… peor aún, ¡lo que hemos
pasado en este último año! …
Este
país, debe tener una muy grave enfermedad metastásica que ha invadido a la
memoria, a los valores y a la moral de los ciudadanos.
Venezuela,
gracias a Dios, continúa casi intacta, su sociedad es la que se encuentra
moribunda y estoy convencido de que debemos desconectar el respirador y
permitir al menos, la digna muerte de una mala sociedad.
En
Cuba no solo mataron o murió el padre o “Paciente Zero” de esta enfermedad
inmunológica, sino que se gestó y llevó a cabo la inoculación final de nuestra
sociedad, disfrazada como el sucesor o “Caballo de Troya”.
Todos
los días nos matan a un joven, TODOS los días matan a más de uno, a más de una
mujer, a más de un adulto, a más de un venezolano.
Hoy
lloramos la muerte de un niño en manos de un policía, el mismo policía que en
lugar de ser parte de la lucha contra el hampa, simplemente dirige su arma hacia
los que disienten de las ideas del absurdo modelo Comunista que desangra el
país.
Hoy
lloramos a un nombre y un apellido, Kluivert Ferney Roa Núñez (14) sin embargo, solo
la familia de José Cedeño Malavé (63) y su hijo Héctor José Cedeño (40), les
llorarán, luego de haber sido asesinados, ese mismo martes, para robarle el
vehículo en el kilómetro 13 de la carretera vieja Petare – Guarenas, victimas
del hampa que desbordó a las fuerzas policiales, esas mismas fuerzas policiales
cuya misión dejó de ser acabar con el hampa para convertirse en represores del
pueblo que juró proteger.
Un
policía accionó su arma contra un niño, mientras los delincuentes accionaban
sus armas contra un padre y su hijo.
Cuan
mal estamos…
En
nuestro país ya no sabemos diferenciar lo que es arriba, o lo que es abajo.
Mientras la “Izquierda”, asume políticas neoliberales de derecha, la “Derecha”
promete soluciones de izquierda. Cuando en realidad necesitamos a un país lleno
de “Ambidiestros”.
¿Cómo
se puede dividir una sociedad que se encuentra hundida en el mismo chiquero?
¿Somos
TAN INCAPACES, que no nos damos cuenta de que la discusión ya no está basada en
SALIR del chiquero, sino de quién se queda con la “MEJOR MIERDA”?
Siempre
me declaré contrario a esperar un Mesías, en mis múltiples escrito he declarado
que la solución debe partir de cada uno de los integrantes de esta sociedad,
sin embargo, a esta altura, pareciera que somos incapaces de elevarnos como
sociedad porque nos acostumbramos a vivir en “Suciedad” o peor… En “Zoociedad”
Hoy
25, estoy por creer en la llegada de un “Mesías Social”, pero con él llegarán
muchos “Falsos Profetas”, la diferencia estará en que muchos dirán lo que
quiero escuchar, pero el Mesías me hablará de COMO lo podremos lograr y
CUANTO
nos va a costar. Precisamente lo que la mayoría no querrá oír.
Mi
optimismo ha sufrido un atentado cruel.
Me
ha explotado una bomba de decepción hacia mis conciudadanos, los cuales no
asumen el rol histórico que la patria les reclama. No puedo esperar a que maten
a quien amo para pedir justicia, debo pedir justicia para que no maten a quien
amo.
No
puedo salir a protestar porque no consigo pañales, harina, o cualquier otro
artículo de primera necesidad, debí salir a protestar para que no llegaran a
faltar esos artículos, porque la destrucción del sistema productivo no es
cuestión de días, es cuestión de años y hoy día, no puedo pretender culpar a
las Empresas Polar por no producir lo suficiente y omitir que no hay más nadie
que produzca.
NO
puedo salir por las carencias y vacíos del sistema de salud, cuando debí salir
a defender a quienes bien o mal nos dotaban de Salud.
No
puedo protestar porque perdí el trabajo cuando debí proteger a quien me daba el
trabajo.
He
sufrido un atentado a mis principios, cuando el que protesta paga un soborno,
el policía está por encima de la ley y el funcionario público es protegido por
un esquema de corrupción, en el cual ascender solo es posible cuando igualamos
la “mordida”.
Le
han disparado a mi moral, al moldear la ley, institucionalizar la conveniencia,
vociferar y repetir la mentira hasta imponerla y pagar los silencios.
Y
yo… atrincherado en mi corazón… protegiendo principios y estacionado solo,
rodeado de la grosería, y las cornetas de los autos, frente al semáforo en
rojo… confiado en el retorno de la ley.
A
veces pienso que alguien percibió la necesidad de que muera el venezolano, para
que venga alguien que si entienda lo verdaderamente valioso de nuestro paraíso
terrenal, Venezuela.
Entre
humanos sabemos que nadie merece lo que no puede defender.
La
esperanza sin acciones no es más que un cuarto vacío custodiado por el miedo.
Los aeropuertos se han convertido en mudos testigos de que correr es más fácil
que luchar, no los culpo, les entiendo, la vida es el más precioso don que
tenemos y queremos preservar y la amenaza es clara, los venezolanos tenemos una
Amenaza
de Muerte escrita en la frente, al parecer, demasiadas balas se ha
repartido entre el hampa y las fuerzas represoras, y hay una que tiene mi
nombre… hay una que tiene TU nombre.
En
esta guerra, en donde la oscuridad trata de imponerse ante las necesidades y
valores más básicos del ser humano, la luz debe ser extinta e inequívocamente,
cada dirigente opositor arrastrado al oscuro abismo de Ramo Verde, cada
estudiante sumergido en los temibles pozos del sistema penitencial venezolano,
son la muestra clara de que aún existe valor, ideas y ganas de luchar por
Venezuela.
La
Venezuela que merecen pocos, porque son pocos los que ponen su vida en el sueño
de una mejor Venezuela, irónicamente sueños por una Venezuela para todos y de
todos.
Siempre
termino mis reflexiones con un exhorto, y si quieres un exhorto, lee todos los
que he escrito.
Por
ahora, simplemente te dejo unas simples preguntas.
¿De
qué calidad es la “Porquería” que te ha tocado?
¿De
qué calidad es la “Porquería” que dejaras de herencia?
¿De
qué calidad es la “Porquería” que cubrirá el cuerpo de los que entierres en el
chiquero que una vez se llamó VENEZUELA?
¿De
qué calidad será la “Porquería” que cubrirá tu cuerpo inerte y sin sueños?
Reinaldo
Poleo
@rpoleo
P.D.
Yo no escribo para que me quieran, escribo porque me quiero y amo mi libertad.
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