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El Muchacho

E l Muchacho es el típico venezolano, echador de broma,  dicharachero y enamorado. A sus 20 años ya conoce el trabajo duro, responsable y constante. Como mucho joven venezolano, ha dejado la universidad para trabajar. “ No todos nacemos para estudiar ”, se repite como excusa,  la cosa está dura y para ayudar a los viejos hay que laborar. El Muchacho es “ jeepsero ”, como hemos acostumbrado a llamar a los choferes de los Jeep que día a día  transportan al enjambre humano por los laberintos que conforman a las populosas barriadas que componen al cinturón de miseria que rodean a la capital. Pero El Muchacho está alegre, es domingo y regresa temprano a casa, con su acostumbrado bullicio, fastidia a la hermana, se mete juguetón  con su mamá y con gesto fingido de molestia, papá le mira desde el sofá. Al fin está en casa, una razón menos de la que se deben preocupar. En Venezuela, desde hace mucho tiempo, el gobierno socialista dej ó de dar cifras oficiales...

La Torre de Babel-zuela

"11  En ese entonces se hablaba un solo idioma en toda la tierra.  2  Al emigrar al oriente, la gente encontró una llanura en la región de Sinar, y allí se asentaron. 3  Un día se dijeron unos a otros: «Vamos a hacer ladrillos, y a cocerlos al fuego.» Fue así como usaron ladrillos en vez de piedras, y asfalto en vez de mezcla.  4  Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra.» 5  Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo,  6  y se dijo: «Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es sólo el comienzo de sus obras, y todo lo que se propongan lo podrán lograr.  7  Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos mismos.» 8  De esta manera el Señor los dispersó desde allí por toda la tierra, y por lo ...

Desde Mi Tubo...

D iciembre de 1997, mi esposa llora inconsolablemente, yo, con un nudo en la garganta trataba de calmarla, aunque me daba cuenta de que la misma situación se repetía entre la multitud a nuestro alrededor. Yo insistía en consolarla, recordándole que no era una sorpresa lo que acabábamos de ver, ya sabíamos lo que ocurriría. Ella, entre sollozos me decía: .- Yo esperaba otro final… Inevitablemente, los seres humanos, siempre esperamos un final feliz. De hecho, por más pesimista que seamos, en nuestro interior mantenemos la llama de la esperanza, aspiramos a que ese final, sea de verdad final. Ese diciembre de 1997, no era una excepción, no había habido un final feliz, ese día nuevamente la Orquesta se había vuelto a hundir con el poderoso trasatlántico y Leonardo di Caprio se soltaba de la mano de su amada, para hundirse en las oscuras y gélidas aguas del atlántico norte, dando fin al nuevo drama de una vieja tragedia, en la magistral obra de James Cameron, TITANIC ....