“Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre
celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?”
Reinaldo Poleo
Sagrada Biblia, Mateo 6:26
Amanecía
inusualmente frío aquel miércoles, 7 de Enero del 2015. Como todas las mañanas el
televisor se encendía en CNN y, pensar que por muchos años era la Globovisión
sin censura, quien nos despertaba; para muchos una costumbre insana, para
nosotros, una manía adoptada después de aquel madrugonazo del 4 de Febrero de
1992, en el cual “amanecía de golpe”.
Recuerdo que aquel día 4, yo
trabajaba en Valencia, Estado Carabobo y vivía en Puerto Cabello a 57 Kms. de
mi oficina. Por azares del destino, mi vehículo se encontraba en el taller y a
muy tempranas horas, subí a un “Por Puesto”, camioneta de transporte público,
la cual me dejaría en Valencia, yo absorto en mis cosas nunca presté atención a
los susurros a mi alrededor, bastaría llegar a Valencia cuando una serie de
individuos de civil, armados hasta los dientes, vociferaban, desde una pick up,
acerca de la caída del gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez…
Apresuradamente subí a un taxi
hacia mi oficina y al comentar lo visto al conductor, giró su cabeza hacia mí
para decirme asombrado:
.- ¿No sabe que ha habido un golpe de estado???
Que les puedo decir, esas son
cosas de las que uno había leído en los libros de historia o visto en
películas, pero jamás me imaginé encontrarme en medio de una “revuelta”
popular.
Las peripecias siguientes, serían
tema de otro artículo, pero la odisea de volver a mi casa, en tan convulsionado
momento, se convertiría en la indiscutible razón de ver noticias, antes de
salir de casa.
Después de esta explicación, la
cual entiendo, ustedes nunca me pidieron, regreso a la fría madrugada del 7 de
Enero del 2015…
Se escuchaban unas sirenas en el
televisor, imágenes de fuerzas policiales desplegadas y un cartel el cual
resaltaba que eran “Sucesos en Progreso”…
Debajo de las imágenes se leía de
un ataque terrorista en París, Francia
Un periodista, en pantalla
dividida, informaba que el ataque había sido perpetrado contra el semanario
satírico francés de izquierda, Charlie Hebdo y hablaba de un
creciente número de muertos y heridos.
No era la primera vez que el
semanario conseguía, con sus publicaciones, la indignación de los musulmanes,
al igual que de los judíos y cristianos por igual. Ya en el 2011 fue víctima de
un ataque con cocteles Molotov, “en el nombre
de Dios”…
“En el Nombre de Dios”, más específicamente de Alá, en la mañana
del 7 de Enero del 2015, dos hombres encapuchados, portando fusiles automáticos
Kalashnikov, irrumpieron en la sede de Charlie Hebdo en París y mataron a doce
personas, dos de ellas policías, e hirieron de gravedad a otras cuatro. La
organización terrorista Al-Qaeda en la Península Arábiga, se adjudicó el ataque
“como venganza por el honor” del profeta Mahoma, fundador del islam.
“En el Nombre de Dios”…
Días posteriores, los dos
hermanos asesinos y un cómplice, caían abatidos por las fuerzas policiales
francesas, he de suponer que morirían con la esperanza de recibir su cuota de “72 mujeres vírgenes” cuando llegaran al
paraíso, como buenos mártires de la "Yihad".
Tan terribles acontecimientos,
traía a mi mente antiguas elucubraciones, de esas que te revuelven los
conceptos y que tratas de apartar al mental estante en donde guardas con llave
esas cosas de las cuales no debes quedarte pensando, justo al lado de las
referencias al tamaño del universo y lo que hay después de él (solo Dios sabe las noches de desvelo que esa
idea me quitó en mi adolescencia).
Comencé a recordar mis tiempos en
el estudio de la Biblia, desde mi primaria con las monjas, los días de catequista
y el tiempo en el Seminario.
El Viejo testamento está lleno de
guerras, masacres y conquistas “En el Nombre
de Dios”. Dios se ponía bravo y perdían la guerra, la libertad y hasta la
vida, Dios estaba contento y ganaban la guerra, quitaban la libertad y la vida
a otros.
Basta con ver la imagen del
pueblo Israelita ante la tierra prometida que “manaba leche y
miel”…necesitarían de un ejército dirigido, no por sacerdotes, sino por el
General Josue, nombrado por Moisés ante la tierra prometida, para guiar al
pueblo de Israel.
En la tierra prometida les
esperaba el pueblo de Canaan un pueblo más avanzado culturalmente y adoradores
de Baal, dios responsable de la agricultura, la fertilidad y el agua. Cuando
llegaron los Israelitas, unos nómadas, barbaros, con 40 años en un desierto,
inmediatamente les advirtieron que no deberían creer en falsos dioses… FALSOS
DIOOOSEEEESSSS…
Los Israelitas tenían 40 años
perdidos, dando vueltas por el desierto, sobreviviendo precariamente, luchando,
saqueando, mientras los Cananeos vivían felices, avanzaban culturalmente,
tenían un avanzado sistema de agricultura, eran excelentes alfareros y su dios
era falso…
¡EXPLIQUENME!!!
Ya Dios había dejado mal a los
dioses egipcios, así que debía ser el bueno… Así que para acceder a la tierra
prometida, había que enfrentar al Dios de Israel contra Baal, el dios de los
Cananeos.
Moisés, en su discurso final dice
a Israel, Dt. 9, 5: “No por tus méritos,
ni porque seas bueno conquistarás su tierra, sino que Yavé se la quita, porque
ellos han obrado mal…”
En otras palabras, no importa su
avance cultural, económico, intelectual, arquitectónico, etcétera, no adoran al
Dios correcto, así que 40.000 soldados van delante del pueblo de Israel y con
el “Arca de la Alianza” cual arma mortal y con un excelente sistema de
espionaje, el cual logra infiltrarse en la ciudad, gracias a la traición,
logran hacer caer a los “Infieles”… quemando y saqueando a la ciudad, “En
el Nombre de Dios”…
Y esta es tan sola una de las
muchas situaciones descritas en la Biblia.
Pero igualmente encontramos
referencias en el Corán, en traducción de Julio Cortés, de la editorial Herder
de Barcelona, 1986, se puede leer en la Sura 2: 190-195:
“Combatid por Dios contra quienes combatan contra vosotros, pero no os
excedáis. Dios no ama a los que se exceden. Matadles donde deis con ellos, y
expulsadles de donde os hayan expulsados.
“Tentar es más grave que matar. No combatáis contra ellos junto a la
Mezquita Sagrada, a no ser que os ataquen allí. Así que, si combaten contra
vosotros, matadles: ésa es la retribución de los infieles. Pero, si cesan, Dios
es indulgente, misericordioso.
“Combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar y se
rinda culto a Dios. Si cesan, no haya más hostilidades que contra los impíos.
“El mes sagrado por el mes sagrado. Las cosas sagradas caen bajo la ley
del talión. Si alguien os agrediera, agredidle en la medida que os agredió.
Temed a Dios y sabed que Él está con los que Le temen. Gastad por la causa de
Dios y no os entreguéis a la perdición. Haced el bien. Dios ama a quienes hacen
el bien”.
O en la Sura 4: 94-96:
“¡Creyentes! Cuando acudáis a combatir por Dios, cuidado no digáis al
primero que os salude: ¡Tú no eres creyente, buscando los bienes de la vida de
acá. Dios ofrece abundantes ocasiones de obtener botín. Vosotros también erais
así antes y Dios os agració! ¡Cuidado, pues, que Dios está bien informado de lo
que hacéis!
“Los creyentes que se quedan en casa, sin estar impedidos, no son
iguales que los que combaten por Dios con su hacienda y sus personas. Dios ha
puesto a los que combaten con su hacienda y sus personas un grado por encima de
los que se quedan en casa. A todos, sin embargo, ha prometido Dios lo mejor,
pero Dios ha distinguido a los combatientes por encima de quienes se quedan en
casa con una magnífica recompensa, con el rango que junto a Él ocupan, con
perdón y misericordia. Dios es indulgente, misericordioso.”
En la religión judía, la
expresión Milkhemet Mitzvah (hebreo: מלחמת
מצווה, "la guerra
por mandamiento") se refiere a una guerra que es a la vez obligatoria para
todos los Judíos (hombres y mujeres) y se limita al territorio dentro de las
fronteras de la tierra de Israel. Los límites geográficos de Israel y los
conflictos con las naciones vecinas se detallan en el Tanaj, la Biblia hebrea,
especialmente en Números 34:1-15 y Ezequiel 47:13-2
“En el Nombre de Dios”… los cristianos organizaron las cruzadas
para “liberar” la tierra santa, los musulmanes respondieron a las cruzadas, llegando
a conquistar gran parte de la misma España; en su nombre se ha asesinado,
saqueado, violado; se crearon sectas, nuevas religiones, se dividieron países,
se separaron familias, se crearon naciones y civilizaciones enteras fueron
borradas del mapa.
Pero es que como decía el
cantautor del pueblo, Alí Primera:
“No, no, no basta rezar,
hacen falta muchas cosas
para conseguir la paz…”
“…Y rezan de buena fe
y rezan de corazón
pero también reza el piloto
cuando monta en el avión
para ir a bombardear
a los niños de Vietnam,
para ir a bombardear
a los niños de Vietnam.”
Y reza el ladrón antes de salir a
robar, y reza el sicario antes de matar, reza el Narcotraficante, el mafioso y
el coyote con su carga de muerte entre la frontera de México y USA…
Dios se ha convertido en una
muletilla para el ser humano, una excusa, es la razón por la cual nos alejamos
de nuestros errores.
Grandes hombres han creado
preciosas frases para hacernos sentir a Dios en nuestras vidas, como si hiciera
falta no percatarnos de lo generoso que es vivir, de la maravilla que es este
planeta.
Muchos cristianos justifican su
salvación porque Jesucristo murió por nosotros y siempre me he preguntado… ¿Jesucristo
Murió por nosotros? O murió “POR NOSOTROS”… es decir, murió por nuestros
pecados o simplemente lo matamos porque somos pecadores.
Siempre recordaré cuando viajábamos
por Venezuela, a la entrada de cada pueblo encontraba una cruz y siempre nos reíamos porque
decíamos que era una advertencia para que Jesús en su segunda venida supiera
que lo estábamos esperando.
Sin embargo, en este momento me
impresiona el pensar que ese Jesucristo que para algunos era el hijo de Dios,
para otros era un profeta y para otros simplemente un loquito alzado con aires
de revolucionario.
Si era el hijo de Dios o no, o el
mismísimo Dios en persona y, no hacía lo que para nosotros “debería” hacer, se
volvería incómodo para muchos, en especial para los poderosos o los que
aspiraban al poder. Por esa razón le matamos, por esa razón lo volveríamos a
hacer. En el nombre del Rey y del pueblo y del Status Quo, amén.
Si pedimos a Dios algo y no nos lo
da, entonces Dios es malo o no existe, si nos lo da, ni nos acordamos de dar
gracias. Obvio… su trabajo es servirnos,
de lo contrario,¿ para qué sirve?
De Dios nos acordamos cuando
tenemos necesidad, si no responde tratamos de comunicarnos de otra forma, es
bien conocido que el crecimiento de sectas en las sociedades, es proporcional a
las crisis de los pueblos. Resulta más fácil esperar la intervención divina a
asumir la responsabilidad de nuestros propios actos.
Y es que en todo este asunto,
nadie habla del “Libre Albedrío”
El libre albedrío o libre
elección, no es más que la creencia de que los seres humanos tienen el poder de
elegir y tomar sus propias decisiones.
Esto no es simplemente una
“Doctrina Filosófica”, es un hecho implícito en las mismas fuentes que nos
hablan de Guerra Santa.
En la filosofía hindú, como bien
ha resumido el Swami Vivekananda,
“La mente es una parte integral de la naturaleza que está unida por la
ley de la causalidad. Ya que la mente está unida por una ley, ésta no puede ser
libre. La ley de la causa aplicada a la mente, se llama Karma”
De igual forma, en los “Diálogos
con el Gurú”, el filósofo Chandrashekhara Bharati Swaminah dice,
“El destino es el Karma pasado, el libre albedrío es el Karma presente.
Los dos son realmente uno, que es el Karma, aunque ellos puedan diferir en la
materia del tiempo. No puede haber conflicto cuando ellos son realmente uno”
Y asume que no podemos
resignarnos al destino porque,
“El destino, como yo te dije es el resultado del ejercicio pasado de tu
libre albedrío. Al ejercitar tu libre albedrío en el pasado, tú trajiste el
destino resultante. Al ejercitar tu libre albedrío en el presente, quiero que
elimines tu pasado si te duele, o añadirlo si lo encuentras agradable. En
cualquier caso bien sea para adquirir más felicidad o reducir la miseria, tú
tienes que ejercitar tu libre albedrío en el presente.”
Para el hinduismo destino y libre
albedrío se complementan para la conformación del Karma.
En la filosofía budista, según
Thanissaro Bhikkhu, Buda nos enseña que
el Karma es una combinación de casualidad y Libre albedrío. De no existir la
casualidad, todas las habilidades serían inútiles. Debido a la existencia de la
casualidad, sumado al libre albedrío es que podemos desarrollar habilidades en
la vida. Dentro del espíritu de la explicación, se funde con el hinduismo ya
que la sensibilidad a tres principios básicos es lo que nos permite desarrollar
habilidades. Dichos principios son, la sensibilidad a las cosas pasadas, la
sensibilidad a las acciones presentes y la sensibilidad a los resultados de lo
que hago en este preciso instante, el cual une las 3 cosas y conforman mi
Karma.
Para los musulmanes y según el Ayatolá
Mahdi Hadavi Tehrani, de la Fundación Islámica Kauzar, en muchas aleyas, se
menciona que los corazones, ojos y oídos de algunos están sellados. Khatam y
tab’ (sello) significan final, estampar un sello, imprimir, producir cosas de
una determinada forma.
Qalb (El corazón), en algunos
contextos denota un órgano particular del cuerpo, es decir, un corazón corporal
y en otros, se usa para referirse al espíritu humano, el Alma, el corazón
espiritual y psíquico.
Cuando se dice que Al-lah sella
los corazones espirituales de algunos seres humanos, esto se refiere a la
incapacidad que tienen algunos corazones de ser guiados, al estar sellados al
entendimiento y comprensión del Conocimiento Divino por lo tanto, no logran
retornar al camino del bien y de la virtud. El sello de sus corazones, oídos y
ojos por parte de Dios (Todopoderoso) es el resultado de su propia conducta
volitiva y de haber ignorado las repetidas advertencias de Dios.
En el cristianismo, Dios, no solo
es Omnisciente sino que adicionalmente es Omnipotente, razón por la cual, no
solo conoce nuestro destino sino que le afecta. Factores realmente importantes
cuando hablamos de Salvación y Predestinación.
Para los metodistas, Dios da el
poder a los individuos para escoger o rechazarlo todo. Calvinistas, Arminianos,
Protestantes y Católicos, coinciden en que está claramente mostrado en la
Biblia que Dios nos permite escoger entre el Bien y el Mal y aun escogiendo el
mal, puede ser salvo con un sincero arrepentimiento.
Teólogos de la Iglesia Católica
nos resaltan que Dios nos da la salvación como un don, un regalo, pero también
nos da la posibilidad de elegir. Podemos elegir con todas las consecuencias que
esto implica. Al momento de la justificación, el hombre se deja mover cuando
cree o no cree, pero esta elección es completamente del hombre, aunque
impulsada y motivada por Dios. Es un error decir que la salvación ocurre sin
intervención humana, más bien, es correcto decir que la salvación es de Dios y
en segundo lugar nuestra. En este sentido decía San Agustín: “El
Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti".
En resumen, los católicos creemos
en que podemos simplemente decir NO a Dios.
Curiosamente, tanto para los
cristianos como para los musulmanes, el hombre elige. Y elige aceptando las
consecuencias de su elección, asumiendo la responsabilidad futura de sus
acciones pasadas y presente… las mismas, que según entiendo, conforman el
Karma.
Y es aquí cuando me encuentro
desnudo como nací, solo soy lo que soy, solo quedo yo con mis cosas buenas y
cosas malas, muchas de ellas fruto de todos los acontecimientos, experiencias y
enseñanzas que he recibido desde que nací.
Solo soy yo.
El Yo creado y creador, el yo
destructor y el cual acepto, en el nombre de mi fe, “Imagen y semejanza de mi
Dios”… ¿seré imagen y semejanza de Dios en cuanto a lo creador y destructor?
Aquí me encuentro desnudo, yo
solo con mi humanidad, presente ante ustedes, renunciando, como ser libre, a
Dios.
Asumiendo mis actos pasados y
presente con la responsabilidad que me da mi capacidad consiente de decidir.
Renuncio a poner mis manos en las
de Dios, porque creo que me ha dado lo suficiente como para asumir mi destino.
Renuncio a esperar que me traiga
el pan a mi mesa, cuando hasta las aves del campo tienen que volar en su
procura.
Renuncio a que me consiga o
mantenga en mi trabajo, cuando el mismo debe ser consecuencia de mis
habilidades y destrezas, desarrolladas con el esfuerzo personal para alcanzar
mis objetivos y los objetivos para el cual fui contratado.
Renuncio a que “ME
PROVEA”… Porque sería una falta de respeto, que habiéndome dotado de
entendimiento, raciocinio, inteligencia, capacidad física, intelectual y esté
influido por su espíritu, el cual me hace cocreador de Dios como imagen y
semejanza de Él, sea incapaz de procurar mi alimento o cubrir mis necesidades.
Renuncio a Dios, porque no acepto depender de su divinidad para
alcanzar mis sueños, porque él me dio la capacidad de soñar.
Renuncio a Dios, porque si es tan
grande, poderoso, omnisciente y omnipotente, no creo que dependa de mí para
pelear sus guerras, porque si necesita arreglar un problema con Ala, Buda, Baal
o cualquier deidad de cualquier índole, recurra a esta criatura inferior para
hablar en su nombre o demostrar su poder.
Renuncio a Dios porque me niego a
vivir para otra vida, cuando me dio esta para vivirla bien.
Renuncio a Dios, porque no creo
que yo sea más importante que cualquier ser o cosa creada, porque absolutamente
todos venimos de la misma partícula, de la misma chispa creadora y debemos ser
responsables del equilibrio de lo creado y no pretender que Dios viva inmerso
en su obra para cuidarla de sí misma.
Renuncio a Dios con la convicción
de que los problemas de mi familia, casa, urbanización, pueblo, ciudad, país o
planeta, van a ser resueltos por la intervención divina, sino a través de las
habilidades y destrezas, las cuales nos permitan administrar los regalos que
nos dejó en su magnífica obra.
Renuncio a un Dios “a mi imagen y
semejanza”, porque soy imperfecto como dios, aunque tenga un maravilloso
potencial como humano.
Renuncio al dios en el cual me
justifico, al dios que se adapte a mis necesidades y baile al ritmo de mis
caprichos.
Renuncio a Dios en la plena confianza de que Él, no renunciará a mí…
“La voz interior me
dice que siga combatiendo
contra el mundo entero,
aunque me encuentre solo.
Me dice que no tema a este mundo sino que
avance
llevando en mí nada más que el temor a Dios.”
Mahatma Gandhi
Reinaldo Poleo
@rpoleo
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