Ir al contenido principal

6D Mi Compromiso

Yo solo soy el hijo de Marietta y Reinaldo, hermano de la espuma y del Arauca vibrador.

Soy caraqueño, nacido en Bello Monte y presentado en Santa Rosalía; di mis primeros pasos en El Cementerio y el primer carnaval que recuerdo, fue una experiencia impresionante en el Paseo Los Próceres, en donde llegué a ver a las bellas reinas en sus adornadas carrozas, y hasta llegué a gritar “Aquí es, aquí es, tírame los caramelos”.

Viví en La Parroquia de Coche, en la Calle 8 de los Jardines del Valle y en las Residencias Gran Mariscal de Ayacucho, en el propio Valle frente al Barrio San Andrés. Seguramente, tu y yo nos cruzamos en estas calles.

Soy de La Sabana Grande llena de humeantes autobuses y de la Sabana Grande Boulevard.

Soy hijo del Padre Velaz, formado desde Kínder en su maravillosa obra “Fe y Alegría”, el mismo Padre Velaz cuyos restos mortales descansan en tierras merideñas, mientras su alma inunda los corazones de los que crecimos bajo su inspiración. El mismo que decía “Fe y Alegría no se puede cansar nunca con la desesperanza. Nuestra vocación es ser Hombres de Activa Esperanza, frente a ese escenario inmenso de pobreza y de miseria”. Ésa Fe y Alegría que actualmente realiza su obra forjadora en 13 países

Seguramente tú y yo, somos hermanos en la misma institución.

Soy hijo del extinto Seminario Menor de Caracas, semillero de sacerdotes y compromiso cristiano, localizado en Mecedores, Caracas. Justo en las faldas del Ávila al final de la Avenida Baralt.

Seguramente contemplamos las faldas del precioso cerro, mientras cantábamos el himno nacional, desde el patio del liceo y una suave brisa dibujaba caprichosas formas al mover las rojizas flores del Capin Melao. Posiblemente nos sentamos juntos en un autobús de San Ruperto, o hasta nos dormimos en un Paraná de los blancos, subiendo la Panamericana.

También soy hijo de la Fundación La Salle, la cual me hizo un profesional en su Campus de Punta de Piedras en la Isla de Margarita.

Tal vez tu y yo, somos hermanos Lasallistas, o quizás fuimos vecinos o simplemente nos cruzamos cuando viví en Punta de Piedras, en los tiempos de cuando la legendaria adeca, Esther Gil, daba sus discursos a grito limpio en plena plaza del pueblo. Puede que fuimos vecinos en Juan Griego, Las Fermines, San Juan Bautista o el Guamache.

A lo mejor te di clases de catecismo en La Guardia  Isla de Margarita, junto al Padre Salomón o tal vez en la Iglesia de El Valle en Caracas, con los jóvenes sacerdotes, el Padre William Delgado (hoy Obispo de Cabimas); mi estimado Científico sacerdote Saúl Figueroa (hoy Obispo de la Diócesis de Puerto Cabello) y el tremendo Henry Padilla (Hoy Obispo auxiliar de Caracas y Párroco de la Basílica de Santa Teresa) y las fabulosas damas del Consejo Parroquial, los espíritus más jóvenes que pude conocer.

A lo mejor trabajamos juntos en la Universidad Simón Bolívar, nos cruzamos en el comedor o nos tropezamos en la biblioteca.

Yo soy el que buceaba en el Farallón Centinela, en Chichiriviche de la Costa o en algún cayo del Parque Nacional Morrocoy… puede que compartiéramos un saludo en alguna playa de Coche, Cubagua, Margarita, La Tortuga o los Roques.

Puede ser que también nos hallamos tropezado caminando por el centro de Caracas, en el Humboldt o compartiéramos un café de fogata amaneciendo en el Pico Naiguatá o en el Volcán. ¿O sería comiendo sándwich de pernil en Galipán?

A lo mejor nos bañamos en la playa de Las Salinas, La Guaira, en una de las tantas vacaciones que pasamos en “La casita” de mi Abuelo Poleo.

Yo soy el que aprendió a amar a Venezuela recorriéndola junto a mis padres y hermanos, desde los Andes al Delta, desde El Callao a Margarita… seguramente me viste en Cubiro o en los Esteros de Camaguan, desayunando en el mercado de Mérida o en la feria de la Sapoara a orillas del majestuoso Orinoco. ¿O pudo haber sido que cruzamos mirada mientras conducían sobre el Puente Rafael Urdaneta en Maracaibo, o cuando visitaba a mi tía en el Barrio José Félix Rivas en Petare… o en Caucagüita… o en Guarenas?

Yo soy el que iba de la mano de su madre al Seguro Social para que me viera el Dr. Villalba, nuestro Pediatra, o a que me vieran los dientes… a lo mejor tú eras el médico que fui a buscar al Seguro porque mi papá o mi hermanito tenían un ataque de asma, te recuerdo subiendo en el jeep, con todos los que necesitábamos a un médico y asistías casa por casa llevando salud, tranquilidad y medicinas.

A lo mejor eras el de la farmacia del Seguro Social, el cual nos dabas gratuitamente, las medicinas que nos mandaba el doctor.

Yo soy el Guía de la Patrulla Oso de los Scout de Venezuela, de la Tropa Humboldt, distrito 47 en Coche. Y el que andaba a los 5 años con una bolsa de mercado acompañando a mi joven mamá y a mi bisabuela, mientras comprábamos todo lo que necesitábamos en el Mercado de Coche… todo en una sola compra… ¿te acuerdas?

Yo soy el que vivió en Puerto Cabello, se casó y se divorció también.

Soy el que trabajó en Valencia, en donde compró su primer auto nuevo, porque el viejo Dodge Valiant 72 que le había comprado su padre para el final de la Universidad ya no podía más.

Yo soy el que se enamoró de una valenciana y lleva 22 años junto a ella, compartiendo la preciosa aventura de envejecer juntos.

Yo soy el que paga impuestos, luz, agua y aseo Urbano. No los robo… los pago, es que yo no soy pueblo, el pueblo lo exige como derecho sagrado.

Yo soy el que paga impuesto, el que los declara, el que paga pólizas con el sudor de su frente y no con el sudor del petróleo.

A lo mejor me has visto a las 4 de la mañana bajando por la panamericana o quizás subiendo a las 7 de la noche, todos los días. Posiblemente hemos cruzado una mirada en la cola, me has visto comer mi arepa mientras el trafico nos mantiene atrapado, o has leído un tuit de frustración o puede ser que viste mis fotos del amanecer en mi instagam y hasta le diste un like.

Yo soy el que ya no salió en la noche a cenar, el que regresa de las fiestas temprano por temor a perder el celular o la vida por la inseguridad. A lo mejor te acuerdas de mí, en un día como hoy, un 1ro. de diciembre, sentado en la Plaza Bolívar de Caracas al anochecer o en Altamira o en El Faro de San Antonio de los Altos, esperando el encendido de la Cruz del Ávila, el que al verla encendida se le aguaban los ojos y murmuraba un “Gracias”.

Yo soy el que ya no fui a Cata o Choroní, por temor a un atraco o a que la vía me destroce mi auto ante la certeza de que no conseguiré repuestos… ni siquiera un caucho…

El que cuando sale de paseo se esconde efectivo porque tiene la seguridad de que cada día fallan más los cajeros automáticos y los carteles de “No hay Punto de Ventas” los cuales se hacen cada vez, más frecuentes. El mismo que se llena de aprensión y se encomienda a Dios al salir de la casa y hace la señal de la cruz en la frente de su esposa orando por regresar sanos y salvos.

Yo soy al que viste en el Hospital Vargas visitando a aquella tía de Petare, en una sala común, con las sabanas de su casa, esperando por un médico que operara el tumor que había aparecido en su seno, el mismo que la acompañó a su última morada, cargando su féretro porque la operación nunca llegó.

Yo soy el cuñado de Naty, cuya lucha por obtener el tratamiento adecuado para hacer frente al cáncer de pulmón, se vio demasiadas veces interrumpidos, porque los equipos estaban dañados, o les faltaban los repuestos, el mismo que recibió aquella llamada de Natalia en la cual me decía que ya no había nada que hacer, la irregularidad había sido su sentencia, murió mi cuñada, mi amiga, la madre, la enfermera… mi negra. La misma que no tuve el valor de visitar, ni siquiera acompañar en su viaje final. Y todo esto sucedía mientras “El Presidente” recibía los mejores tratamientos posibles en su amada Cuba… Tal vez sabía que ya había destrozado el sistema de salud venezolano y no quería tomar riesgos.

También soy el que acompaña a mi padre en su peregrinar por las medicinas necesarias para con dignidad a sus 74 años. Para poder seguir bajando a su oficina en Caracas, trabajando desde las 6 de la madrugada porque aun lo que tiene es ganas de sobra de disfrutar lo que una pensión no puede pagar.

Yo soy el que ha estado a tu lado en cada marcha en contra de este gobierno corrupto, junto a mis padres, esposa, amigos.

Yo soy el que recogía a los perdidos entre las nubes de gases lacrimógenos, a los pies de las escaleras del Calvario, aquel 11 de abril, para llevarlas a salvo a la Avenida Bolívar de Caracas… a lo mejor te acuerdas de mí, sentado en la acera me ofreciste una botellita de agua. Yo estaba consolando a mi esposa, a nuestro lado había caído el Periodista grafico Jorge Tortoza… entre tantos, mientras una pantalla dividida decretaba la sentencia definitiva a RCTV y a la Venezuela futura.

Yo he estado a tu lado en cada marcha, me han gaseado, disparado. Hemos corrido juntos, pero no nos han callado.

Juntos hemos acompañado a diferentes candidatos, hemos creído en que la salida es democrática, hemos votado, aunque nos amenazan, nos apabullan con el descarado uso de recursos del estado en las campañas electorales o nos hacen fraudes en clara flagrancia. Pero ahí estamos… tu y yo, convencidos en que existe una nueva Venezuela.

Yo soy el que veras parado en un solitario semáforo rojo en la madrugada, ganado a la idea de que el país comienza con el cumplimiento de mis responsabilidades, aunque nadie me vea, yo si lo hago. Yo soy el que está convencido de que la corrupción comienza en el hogar, que con nuestros actos enseñamos a los niños a ser corruptos, mentirosos y tramposos. Yo estoy convencido de que a la corrupción la enseñamos como viveza y cuando consigan a un “pendejo” el primero que lo agarre se lo apropia; por vivos hace 16 años nos agarró uno más vivo que nosotros y nos convirtió en pendejos a todos. Y lo peor es que dividió a los pendejos en 2 bandos, los pendejos a favor del gobierno y los de la oposición y los puso a pelear… 16 años después seguimos en lo mismo. Aunque al parecer a palo se está homogenizando la pendejada.

Yo soy un pendejo que se acoge al derecho de ser pendejo al lado de Don Arturo Uslar Pietri. Porque si ser pendejo es ser decente, aspiro a ser el mayor de los pendejos. Espero verte a mi lado, pujando por ser más pendejo que yo.

Yo soy testigo de la marcha que vendría en la detención injusta de Leopoldo y lo acompañé cuando se entregó. Yo estaba entre los que rodearon el vehículo en el cual se lo llevaban y fui de los que se apartó cuando él salió, gallardamente, a pedir que respetáramos su decisión. ¡Y qué decisión!

Yo soy el que comenzó a escribir un Blog, un día de mayo del 2008, impresionado al conocer el concepto y leer a una luchadora por la libertad del pueblo cubano, Yoani Sánchez y su ya famosa “Generación Y”. No solo me impresionaba su prosa, también lo hacía su ingenio, su capacidad de enfrentar la censura, la persecución y hasta las golpizas de los esbirros del régimen castrista, patriotas cooperantes y hasta vecinos muchos de ellos.

Yo soy el que se ha empeñado en dejar una visión de esta historia llamada “Socialismo del Siglo XXI” o “El Robo del Siglo” como le llamamos otros. El mismo creador de una trilogía de la cual lleva 2 libros y tiene puesto el corazón en que la tercera entrega contará el inicio de la nueva Venezuela (Una Aventura llamada Vida).

Yo soy quien cree que es un acto de corrupción aceptar un cargo gubernamental para el cual no te encuentras preparado. Quien piensa en que el miedo no es excusa para tu complicidad y que con las ideas no se hace patria. Patria se hace trabajando por el bien común, en un ambiente de justicia y paz.

Yo soy el que quiere hacer cola para comprar la entrada de una final Caracas- Magallanes o para el estreno de una película, la apertura de un Centro Comercial cargado de Ofertas o una barata por cambio de estación; en lugar de perder los fines de semana haciendo cola para conseguir Harina, azúcar, café, pasta, carnes, pernil o papel sanitario, entre otros. Y sin mencionar, jabón, desodorante o detergente… ups… ¿lo escribí en voz alta?

Yo soy el que me tengo que quedar trabajando el día en que el terminal de mi cédula de identidad me permite hacer compras, porque al cumplir con mis responsabilidades, llevo el pan a la mesa de los que trabajan conmigo… bueno… cuando hay pan.

Yo soy el que mira con tristeza y ansiedad, la mirada alegre del marginal bachaquero con un carrito lleno de productos regulados que yo no podré comprar porque ya todo se agotó, mientras espera que vengan todos los cómplices de su actividad criminal. El mismo que sonríe en la calle al ofrecerme dicho artículo 5 veces más caro, pues ha hecho de su crimen un lucrativo negocio… ah… disculpa… ¡es “Pueblo”!

Yo soy el que recorre 6 farmacias para encontrar 2 medicinas de las 5 que debía comprar para sus padres.

Yo soy el que cada día observa como los sueños se alejan a pesar del esfuerzo honesto de cada día.

Yo soy al que se le diluye el gusto por cocinar porque cada día le cuesta más encontrar ingredientes.

Yo soy el que ha acompañado a su familia y amigos, una por una, al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, huyendo de la desesperación, corriendo tras esos sueños que se han empeñado en alejar.

Yo soy el que cree en la meritocracia, en el desarrollo de una sociedad orientada al bienestar de toda la población, en que se iguala hacia arriba, jamás hacia abajo.

Yo soy el que este 6 de diciembre estará a tu lado en la cola, bien temprano, convencido en que lograremos un cambio cuando la democracia vuelva a la Asamblea Nacional.

Yo soy el que esperará y vigilará el conteo de votos y hará lo posible para defenderlos, a pesar de las huestes motorizadas y armadas, cómplices del régimen Castro-Madurista.

Yo soy el que defenderá la Venezuela nacida de las cenizas dejadas por el oprobioso gobierno invasor y de las conciencias tarifadas.

Yo estoy claro que el 7 de diciembre, es el comienzo de una nueva lucha, del final de un mal sueño, del nacimiento de un Venezuela con el compromiso de recordar y sin el permiso de errar.

¡Yo soy Reinaldo Poleo!  el hijo de Marietta y Reinaldo, hermano de la espuma y del Arauca vibrador. ¡No soy nieto de Maisanta ni tataranieto de Bolívar, soy el nieto del Viejo Poleo de Caracas, de Pérez Fama de los Llanos de Apure y Bisnieto de Panchita, de cuya sangre indígena me salen las ganas de LIBERTAD!

NOS VEMOS NUEVAMENTE EL DOMINGO 6 DE DICIEMBRE, VENEZUELA

¡Y NOS VEREMOS EL LUNES 7 DE DICIEMBRE, DÍA EL CUAL DEBE SER RECORDADO COMO NUESTRA NUEVA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA!

Dios nos bendice, porque su causa es la Justicia y la Paz.

Con Dios TODO.

Reinaldo Poleo

@rpoleo

Comentarios

Entradas populares de este blog

La VI República o la Joven Venezuela

E l  19 de abril  de  1810 , el  Capitán General de Venezuela ,  Vicente Emparan  es derrocado pacíficamente, se proclama la Suprema Junta Conservadora de los derechos de Fernando VII en nombre del depuesto rey Fernando VII . Se llama a  Francisco de Miranda  para regir los destinos del país y al poco tiempo, se inicia el enfrentamiento armado. Al principio, los bandos se autodenominaron  patriotas  y  realistas . La Junta de Caracas notifica oficialmente a  la Regencia  que ha tomado la soberanía de su provincia, dado el estado de disolución del gobierno de España, y usaría ese poder hasta el regreso de  Fernando VII  con la correspondiente representación de los reinos, provincias y ciudades de Indias. Se formó un ejército para imponer el gobierno a la provincia de  Maracaibo  y al departamento de  Coro , disidentes de la Junta Suprema de Caracas. Los realistas de Coro derrotaron a los patriotas caraqueños y la Regencia declara el bloqueo de las costas de Venezuela, envian

LUNA SOBRE PARADOR O COSAS DE UN PAÍS BANANERO

E s  innegable  mi fascinación por el cine. Principalmente por el cine absurdo, la ficción, la comedia, porque para ver la vida real tengo a Globovisión. Desde mi más temprana edad, mis padres me llevaban al cine, creo que puedo decir los diálogos completos de casi todas las películas de Disney, si hasta aprendí a hablar como Mickey Mouse y siempre lloro con Dumbo. Últimamente no salgo de Notting Hill y no dejo de conmoverme cuando Julia Roberts le dice a Hugh Grant que  “ solo soy una   chica  frente a un   chico  pidiéndole que la quiera ”… De igual forma me encantan las versiones de las versiones y si me le pones buen humor, nunca las podré olvidar. Una de las que más me ha gustado, con el trillado argumento del impostor que cubre la desaparición del mandatario, es definitivamente la comedia titulada en ingles, “ Moon Over Parador ”, conocida en español  como “ Luna sobre Parador ”, “ Luna sobre el Paraíso ” o “ Presidente por Accidente ”. Película  de 1988, di

La Parábola del Sembrador y la Moral Bipolar

H ay que ver todo lo que pasa por la mente cuando uno disfruta de algo que le gusta. Siempre he dicho que las sensaciones son llaves que abren los cofres en donde atesoro mis recuerdos, buenos o malos. El domingo 13 de Julio del 2014, conjugó una serie de circunstancias particularmente agradable, mi mamá cumplía otro glorioso año de vida y nuestra primera actividad fue acompañarla a misa. En mi mente se agolpan los recuerdos; Para mí, los domingos eran días de descanso, comiquitas en TV, desayuno fuerte con Toddy caliente, el tipo de Venevisión diciendo, “Hoy Domingo acude a tu Iglesia, solo Dios satisface”, mi mamá cantándonos el corito para despertarnos.- “ El demonio al oidoooo te estaaa diciendooo, no vayas a misaaa Reinaldoooo sigue durmiendoooo ”, la misa en familia, el periódico “El Universal” en la mesa, mi mamá realizando el crucigrama de la Revista Estampa y yo esperando abandonara la revista para leer “Los Crímenes más sonados” y los Misterios firmados por Nic