En medio de
rumores de paro, acompañaba a mi papá a visitar al Oncólogo, quien “claro y
raspao” nos sentenció… “No se ve nada bueno”…
Mientras los
ánimos en la calle se caldeaban, no podía imaginar que ese noviembre se
convertiría en mi peor pesadilla, mi papá tiene cáncer… carajo… que palabra más
ruda. Era Mí Papá… mi mejor amigo, el compañero inseparable que me infundió los
valores, los sueños que hoy me acompañan… Mi Papá… el inmortal…
A finales de
Noviembre del 2001, la Oposición política, acompañada de los empresarios, sindicatos
y pueblo, daba un ultimátum al gobierno, este último se afianzaba en lo que hoy
conocemos como una dictadura constitucional o Socialismo del Siglo XXI (cosa de
semántica), mientras tanto, operaban a mi padre.
Lo que parecía
una simple extracción de un tumor se complica, un sangrado extremo obliga a los
médicos a convertir una laparoscopia en una operación a “Barriga Abierta”, la
operación de 4 horas se extiende, la angustia nos corroía el alma, sin saber
del duelo que llevaba a cabo el equipo médico contra la muerte.
A los rezos de
mi mamá, se unían las plegarias de una nación dividida, que se debatía entre
las mentiras, de parte y parte, el desengaño de gobiernos anteriores habían
creado el caldo perfecto para el renacimiento de la esperanza en un sector del
pueblo abandonado, ignorado y que ahora por primera vez, se sentía parte de una
nación… perfecta situación para un perfecto engaño.
Casi 9 horas
después, aparece Jhonny, el cirujano… con rostro cansado y desencajado (es tan
fácil siempre pensar lo peor) asoma una sonrisa, y nos anuncia.- “Poleo dio la
pelea, fue difícil pero sobrevivió, ahora a esperar la biopsia”. Debo reconocer
que no me convencía, esperé a que se alejara de todos y le seguí. Jhonny me
llevó a un rincón y me contó como había tenido que soltar la filmadora de lo
que parecía una operación perfecta, para atender a un sangrado masivo. Que
ironía, mientras mi papá se debatía entre la vida y la muerte, la nación se
debatía entre la Democracia y el Socialismo del Siglo XXI, sistema en el cual,
un partido tiene todos los poderes a su entera disposición. ¡Servilismo a la
carta, puej, un tumor nacional! ¡Para decirlo en 2 platos!
Continuó
contándome que había extraído un tumor de 12 cm. Altamente vascularizado… Un
tumor asintomático, un asesino silente que crecía dentro de mi padre,
alimentado de todo lo que tenía a su alrededor que no pudo ser extraído sin
poner en riesgo a su huésped, sin bañar en sangre las entrañas de mi viejo.
Pero Poleo sobrevivió, maltrecho, pálido como una hoja de papel, y con una gran
cicatriz, había sobrevivido; la pericia, el buen equipamiento y la mano de Dios
intervinieron para que pasara ese rudo momento, ahora faltaba la biopsia, pero
ya Jhonny me había anunciado en voz lúgubre… “No es bueno, lo que saqué no es nada bueno”…
El mismo día
en que se anunciaba un Paro General por 24 horas, salía del Hospital de
Clínicas Caracas con mi maltrecho Padre. Hordas de Motorizados Chavistas se
reunían frente a la Quinta Anauco para enfrentar lo que se conocería como “La
Mayor Huelga de América Latina”.
Día a día la
huelga se extendía por 24 horas más, hasta que el 5 de Diciembre, la
tripulación del Buque Petrolero, Pílin León se declaró en rebeldía y fondeó el
buque en el canal de navegación del lago de Maracaibo. Pronto otras
embarcaciones —que transportaban el petróleo y sus derivados desde los pozos de
extracción a las refinerías o desde éstas hacia los puntos de distribución o
hacia otros países— siguieron su ejemplo. Comenzaba el “Paro Petrolero”.
En poco tiempo
las bombas de Gasolina se quedaban sin inventario, 2 días estuve parado en una
cola para llenar el tanque; se vislumbraba una Navidad difícil, negocios
cerrados, vías cerradas, escases de combustibles hacían difícil la
movilización.
Mientras
tanto, mi calvario personal continuaba, mientras mi papá se recuperaba “a paso
de vencedores”, el peso del secreto me mataba, me negaba anunciar a mi familia
la impresión del médico; con todo mi corazón no dejaba de pedir a mi Dios y
hasta mover a todos mis ancestros, para que NO fuera cáncer.
Entre
angustias, paro nacional, sonrisas forzadas y la creciente tristeza de lo que
parecía una lamentable navidad, llegó el día en el cual debía llamar al Médico
a conocer los resultados… Tumor
Carcinoide Encapsulado… no requería tratamiento, solo observación. De
palabras del propio Médico “era un
milagro”.
En esa
Navidad, no hubo regalos, no hubo estrenos, una cena frugal, curiosamente una
alta asistencia a la misa de Gallo.
En esa
navidad, el niño nació y mi papá tuvo otra oportunidad, fueron momentos de
Dominó en la cola de gasolina, de compartir lo que teníamos con los vecinos, de
sentirnos orgullosos de sacrificar nuestro acostumbrado bochinche, por un bien
mayor… La Patria!!!
Así también llegó el Feliz Año,
tranquilos, en casa, y por primera vez en mi vida lo recibimos abrazados a los
vecinos, ondeando nuestra bandera de 7 orgullosas estrellas y cantando el Himno
Nacional… ¡Venezuela, una vez más, seguía el ejemplo que Caracas dio!
Lo que siguió después ya es
historia pasada y pisada, historia bañada de sangre, traición y mezquindad.
No sé si fue por lo de mi papá o
que simplemente nos permitimos vivir una Navidad sin mezquindades, unidos,
abrazados, sin distracciones, sin lujos… pero para mí… fue la mejor navidad de
mi vida.
Este 5 de Diciembre del 2013, 12
años después de aquellos acontecimientos, comenzamos el mes con los “Anaqueles Vacíos” de las tiendas, tras
la declaración de guerra del usurpador, al propio pueblo.
La ignorancia
vestida de hambre de electrodomésticos, ropa, artículos de ferretería y demás
cachivaches, abandona las colas que hacía, para conseguir, harina, café, azúcar,
papel sanitario, entre otros cosas más necesarias, para correr a la ganga
ofrecida por la ignorancia gubernamental, compradora de votos y conciencias.
Pobre pueblo,
que está dejando a sus hijos sin trabajos, porque el comerciante no les va a
poder garantizar el empleo en sus tiendas. Como sucedió con todas las expropiaciones
forzadas y que tan bien explica la estimada Martha Colmenares en su Blog,
Venezuela
TIENE un tumor, ya se trató de extraer en el pasado, pero la impericia del
cirujano no logró la cura radical. Es un TUMOR bastante vascularizado ya que el
solo intento por extirparlo, devino en una terrible hemorragia a la patria.
Hoy día, la
mayoría de los venezolanos opuestos al régimen, hemos acompañado a un nuevo
equipo de cirujanos, los cuales se han empeñado en extirpar la enfermedad por
laparoscopia, en forma limpia, certera y evitando comprometer a la menor
cantidad de órganos posibles.
La creciente
conciencia de una amplia mayoría del país, esa que no sale retratada haciendo
una cola para llevarse un TV de Plasma “De primera necesidad”, en un país
sin luz, demuestra que la metástasis de este sistema corrupto, del cáncer
social inculcado en el “Nuevo Hombre”, se encuentra en franco retroceso.
Pero la lucha NO puede ser solo de ese equipo, porque
hace falta el concurso de TODOS y
cada uno de los venezolanos que amamos y nos quedamos en este país.
Y si este
equipo nos pide que confiemos en ellos, es nuestro deber seguir la senda que
han trabajado durante todos estos años, en los cuales han expuesto su
integridad física, moral y familiar.
No busquemos
atajos, no aspiremos a una operación de “Barriga Abierta”, porque la hemorragia
puede ser fatal y definitiva. La sangre derramada no es ajena a ninguno de
nosotros, puede ser la de tu hijo, tu hermano, tu vecino, la tuya, la mía.
No estoy
dispuesto a perder a mi papá por buscar más revoluciones, 12 años han pasado y
la terrible cicatriz en la Panza de mi papá no me permite olvidar tan terrible
momento, ya más nunca se bañó en la playa sin franela, a él no le gusta la
marca, como a mí no me gustará nunca recordar que el futuro se regó con sangre
Venezolana, una vez más.
Lo que se
obtiene del dolor ajeno, siempre causará dolor.
Este 8 de
Diciembre iré a votar, tal y como me lo ha pedido el equipo de cirujanos que
tratan de extirpar este mal, agradecido a Dios acudiré a las urnas, una vez
más, contra la trampa, contra el ventajismo, contra el miedo y la amenaza. Iré
a votar con mi esposa, mi madre y mi Papá.
Este 8 de
Diciembre, una vez más me mancharé el meñique de orgullo, de patria, de una
firme creencia de que hemos de luchar por los caminos de la paz, de que vamos a
enseñarle al mundo que agotamos todos los intentos para obtener una patria de
Paz y Justicia.
¡Prefiero un
meñique con tinta que las manos con sangre!
Lo demostramos
en Abril y lo demostraremos en Diciembre.
Esta es una
tierra de gracia y Dios está con la causa de la Paz y la Justicia.
Venezolano,
venezolana, haz tu parte… y roguemos al Dios en que crea cada uno, porque
nunca tengamos que ser testigos de una cirugía mayor.
Espero no se
equivoquen, una vez más… porque los pueblos son capaces de sangrientas
cirugías.
Dios nos
bendiga, Dios nos proteja.
Y como decía Santa Teresa de Jesús:
Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento,
Al cielo sube,
Por nada te acongojes,
Nada te turbe.
A Jesucristo sigue
Con pecho grande,
Y, venga lo que venga,
Nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo
Es gloria vana;
Nada tiene de estable,
Todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
Que siempre dura;
Fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece
Bondad inmensa;
Pero no hay amor fino
Sin la paciencia.
Confianza y fe viva
Mantenga el alma,
Que quien cree y espera
Todo lo alcanza.
Del infierno acosado
Aunque se viere,
Burlará sus furores
Quien a Dios tiene.
Vénganle desamparos,
Cruces, desgracias;
Siendo Dios su tesoro,
Nada le falta.
Id, pues, bienes del mundo;
Id, dichas vanas;
Aunque todo lo pierda,
Sólo Dios basta.
Y en su nombre
nos leeremos la semana que viene.
¡Dios y
Federación!
Tu amigo y servidor,
Reinaldo Poleo
@rpoleo
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