“Te canto Mama Pancha
comadrona y rezandera
ja jay, ay quien te viera
con tu botella”
comadrona y rezandera
ja jay, ay quien te viera
con tu botella”
Mama Pancha de Ali Primera
Es imposible negarles que cada
vez que escucho esa canción de Alí Primera, siento que está cantando acerca de
mi Abuela Panchita (Bisabuela en realidad, pero nunca me paré en títulos). Ya
en otras oportunidades les he hablado de mi “madrina abuela” y hasta les comenté, de la “Botella para las fricciones” que guardaba en un
oscuro rincón del closet; y si de comadrona, yerbatera y rezandera lo tenía
todo, entonces ¿cómo no pensar que a mi Abuela Pancha la habría conocido Ali?
De tantas historias, cuentos y
leyendas de Santos que llenó mis noches, no puedo negar su preferencia por un
santo en especial, San Francisco de Asís. Las aventuras de este santo, solo
eran comparadas en mi mente con las de “Goldar”, el robot gigante padre de “Gam”,
el cual vivía en un volcán con su esposa “Mol” y el viejo sabio Methusa o
Matusalen. Que les puedo decir… era la mente de un niño de apartamento, de 4 o
5 años y de imaginación hiperactiva.
Una de las historias de mi héroe
San Francisco de Asís, era la consulta con su “Oráculo” (no lo olviden, tenía 5
años), resulta que cuando tenía decisiones importantes, oraba, abría la Biblia
en tres lugares diferentes y normalmente, cada versículo coincidía con el otro
en una misma respuesta.
En uno de sus relatos nocturnos,
me contó de cierta ocasión en la cual, el Santo de Asís, no sabía cómo llevar a
la práctica su actividad y la de sus seguidores; entonces, se fue a una iglesia
y abrió tres veces el Evangelio y, cada vez cayó en un pasaje que hablaba del “envío
de los apóstoles sin bastón, sin alforjas ni dinero, sin dos túnicas”.
Y se dijo: "esto es lo que el Señor quiere para nosotros". Y de
ahí viene la pobreza del Franciscano.
Esa idea, casi mágica, quedó
sembrada en la mente del pequeño yo, para siempre. En mi vida, en momentos o
decisiones difíciles, respiraba hondo, ponía mi mente en blanco, decía una
oración y buscaba la respuesta bíblica, obteniendo siempre una acertada
solución.
Muchos años han pasado desde que
Goldar dejó de salir en la televisión y RODAK se convirtió en realidad cotidiana
en nuestras vidas, imagínense que hoy a
los “Lugones” en sus motos, exclamando “uyuyuyyy”, les llaman colectivos.
La experiencia agudizó mi visión
de las señales y hoy, puedo confirmar que Dios nos habla todo el tiempo, nos
guía, nos aconseja, pero el bullicio cotidiano no nos permite escucharlo. Es
como cuando subes al Ávila, observas la ciudad en silencio y de pronto te das
cuenta que hay un extraño zumbido que se eleva de ella, esa es la bulla que te
envuelve todo el tiempo y a toda hora.
Con el tiempo y la práctica
perfeccioné mi proceso, primero respiro hondo, luego el silencio, libro la
mente de todo pensamiento, para después orar enfocando la mente en la pregunta
y al final, abrir los ojos del alma para que encuentren la respuesta. Es en ese
momento en el cual la respuesta aparece en las cosas más inverosímiles, en un
libro, en la prensa, en los avisos publicitarios, en la naturaleza, en la gente
alrededor… aprendí a ver y escuchar en sintonía con mi corazón… aceptando
humildemente la respuesta.
El fin de semana anterior a la publicación de
este artículo, me vi fuera de combate, apartado momentáneamente de la ya cotidiana
lucha en #LaCalle, la cual venimos
realizando desde hace más de mes y medio; no hay cansancio, solo un problema de
salud, el cual me obligó a realizar una pausa. Esta situación me permitió
contemplar la cotidianeidad de la cual me he visto alejado por abrazar con
fuerza mis convicciones.
Al igual que todos los días, el
Gallo tuerto me despertó mientras mis perritas, Chiqui y Bebé corrían alrededor de mi cama,
alborozadas ante la inminencia de la salida mañanera. Lentamente una vieja
lesión en la espalda, producto de mis aventuras y tiempos de Scout, me
recordaba que el tiempo no pasa en vano y que hay deudas que siempre terminarás
pagando.
Ya “casi” derecho, salí a
estirarme mientras las pequeñas hacían lo que tenían que hacer y deseando el rico
sabor del cafecito mañanero, el cual al fin había conseguido después de pasar
15 días ausente de mi cocina y digo “ausente” porque la palabra
desabastecimiento no es muy bien vista por la Dictadura.
El revitalizador aroma nunca
llegó, se fue el gas…
Suspendido el añorado reposo, se
imponía el cambio de planes, había que agarrar la bombona e ir a la planta de
distribución del gas (ya hace tiempo, mas nunca pasó el camioncito y las
“Bodeguitas” que vendían el indispensable elemento, hace mucho tiempo lo
dejaron de expender).
A Dios gracias que tengo carro,
de lo contrario, la “bombonita” de Bs. 3,70, por la cual siempre terminas
pagando Bs. 5 te saldría en Bs. 155 porque solo en taxi puedes llegar al sitio.
Más rápido no pude llegar, 8:30
a.m.… y ya la última bombona se había vendido…
Entre las punzadas que me
recordaban el por qué no había salido a
protestar, despertó algo de lástima en el vigilante, el cual me indicó que “el lunes
a las 7 a.m. tendrían gas, pero que
tratara de suplicar al chofer del camión que estaba saliendo, me vendiera una
bombona pues estaba recién cargado”. Ni les cuento la carrera que pegué
hasta el camión y ni hablar de la cara de “Sam Sad” que puse para solicitarle
la “caridad” de que me vendiera la bombona, a lo que respondió con un simple “Toy apurao”, dejándome sin el gas, con
mi cara de bolsa y el dolor de espalda en franco aumento.
Detrás de mí, dejaba gente
llegando en taxis, motos, caminantes con par de bombonas a la espalda y tan
solo eran las 9 a.m. mientras los vigilantes le hacían la señal de costumbre…
tranquilos, no sean mal pensados, la nueva señal de costumbre es NO HAY.
Ya desecho pero con hambre,
decidí buscar comer algo para desayunar, 2 empanadas y 2 guarapos de papelón… Bs.86…
y la bombona solo costaba Bs.3,72…
Ya estamos en la vía, y no vamos a protestar, sería bueno aprovechar
y tratar de conseguir algunas cosas que necesitamos; sin embargo olvidamos un
detalle, es fin de semana de quincena, muchos cobraron sus salarios y corren a reponer
sus despensas, en especial desde que los Supermercados y otros expendios, SOLO parecen ser abastecidos los fines
de semana.
Las colas son impresionantes. Con
mi espalda maltrecha dudo que pueda aguantar ninguna… por eso no salí a protestar… De paso las colas
para pagar en las cajas de los supermercados se ven afectadas por la falta de
personal… muchas cajas, pocos cajeros. No es fácil mantener una nómina con las
condiciones actuales que rigen a los supermercados, sin hablar de las leyes que
protegen al trabajador y la inamovilidad laboral extendida por tantos años.
Menos mal que la gasolina es
barata, después de muchas visitas a diferentes ventas de alimentos, nos damos
por vencidos. Decidimos ir a una farmacia que” vende de todo”… es urgente la
compra de artículos de higiene personal. Sin sorpresa, observamos el colapso de
gente dentro del establecimiento, me calo el sombrero y saltamos a la aventura
de ver la razón. Puede ser la última oportunidad de hacer una cola y la
posibilidad de pasar por las cajas de la farmacia (Necesito urgente un
diclofenac) nos eleva la esperanza de justificar el no haber ido a protestar.
Las colas son impresionantes, hay
“Mazeite”. Tomo el número de la farmacia, “solo tengo 62 personas antes que yo;
mi prioridad, desodorante! Una vez más contemplo una sola marca de desodorante,
la misma se repite en todos los estantes de supermercados por los que pasé…
inmediatamente me pregunto ¿Quién es el dueño de “MUM”? ¿Cómo les explico que
“ese” desodorante “no me presta”? (Disculpen tantas comillas, pero son manías
que le quedan a uno de las interminables “cadenas presidenciales”).
Mientras contemplo con incredulidad los estantes llenos por el
único desodorante, no sé si llamarle el desodorante nacional, respiro hondo,
cierro los ojos, me abstraigo del hervidero humano a mi alrededor, me despojo
de la frustración, de la rabia, del intenso dolor que atenaza mi cintura como
si tuviera un Pitbull con los dientes encajados… “Dios mío, háblame”…
Una vez más Dios me habla…
escucho una voz nasal, con el acento inconfundible de matrona portuguesa que
proclama a viva voz “MUM, SHOLO MUM ESH LO QUE HAY Y DESHPUESH NOU QUEREN QUE OUNO
PROTEISHTE”…
De más está decir que me di media
vuelta y me fui… sin Mazeite, sin Diclofenac, ni MUM. Me fui a un centro
comercial a comprar algo sin colas, se me había ido el día. Conseguí una
farmacia y gracias a Dios también la medicina. Fui a llevarles azúcar a unos
amigos, porque yo tengo y ellos necesitaban. Pasé la tarde conversando,
exponiendo mis puntos de vistas a fríos, tibios y chavistas que coincidían en
el sitio. Hablamos de nuestras realidades, de que mi cola es su cola, de que la
solución es ahora ya que es ahora cuando no tenemos gas, comida, medicina,
seguridad… uno me decía que le había ido bien con el SICAD 1, pero con un
cambio de modalidad, quedaron fuera hasta dar una fianza enorme que en este
momento no tenían; me hablaron del éxito del SICAD 2, aunque aceptaron que no
sabían de nadie que lo hubiese recibido. Me fui tarde en la noche dejando
conciencias sin VTV.
Al día siguiente No Protesté… mientras tanto esa noche,
la del sábado, El Cafetal, Altamira, Chacao, El Trigal y Valle Hondo eran
gaseados en forma brutal. La noche del domingo también les gasearon, detuvieron
jóvenes, asesinaron ciclistas y a tres meses del asesinato de Mónica,
hablaban de Dialogo.
El Lunes salí a las 6:40 a.m. a
buscar gas… era el 78 en la cola… y ahí estaba yo, hablando con el Señor
jubilado que ya no se venía a las 3 a.m. porque ya les habían atracado en la
cola. Ahí estaba el gordo con su franela roja con los ojos malignos fijos
mirando la cola, creo que sería como el 90 en la cola. Me acompañaban “Los
colectivos” gran número de motos, que hacen la carrerita y que por Bs.100 te
compran la bombona. Ahí estaba el flaco con camisa Lacoste y la doña
esperándolo en el Lancer 2013 y llegó el carrito por puesto cargando a varias
doñitas con sus respectivas bombonas. Ahí estábamos todos, a las 7:30 a.m. aún
no abrían, perdí la cuenta de las personas detrás de mí, porque una curva me
impedía verles. Solo murmullos, risas nerviosas, frustraciones, días
improductivos, uno me aseguró que fácil perdía el cesta ticket. Estábamos
todos, no estábamos protestando, solo
esperábamos en silencio la alegría
indescriptible de comprar Gas.
El sol se eleva a mis espaldas en
la cola… la cintura se vuelve a resentir, me siento sobre la bombona, cierro
los ojos, respiro hondo y oro…
Recuerdo a San Francisco, flaco,
barbudo y vestido con una simple túnica, estudiando la Biblia, irreverente,
valiente, capaz de besar a una leprosa en el camino por el simple hecho de que
cada ser es su hermano.
Veo al Santo de Asís Estudiante, con la llama liberadora del que
encuentra fuerzas en sus convicciones, lo vi enfrentado a los soldados por sus
ideas, desarmado y con la túnica por capucha. Porque la causa de Dios es la
causa de la Justicia, es la causa de la paz, es la causa de la libertad!!!!
Todo hombre y mujer en la cola, con su indiferencia, con su miedo, con
su incomprensión y con su camisa roja es mi hermano. No busco su comprensión,
no busco su aceptación. Todo lo que tengo, todo lo que soy, se me va en esta
lucha.
Toda herramienta pacífica, es válida.
Todo se vale en la defensa de nuestra vida y de los ideales de
libertad, inclusión y progreso para todos y a pesar de todos. Que la historia
nos juzgue por lo que hacemos y no por lo que dejamos de hacer.
¡QUE ME TRANQUEN LAS CALLES CARAJO!
¡QUE EL MOMENTO ES AHORA CUANDO
HASTA EL MIEDO ME LO EXPROPIARON!!!
¡ESTAMOS ESCRIBIENDO UN PRECIOSO CAPITULO DEL LADO CORRECTO DE LA
HISTORIA EMANCIPADORA DE VENEZUELA!
¡ESTAMOS PAGANDO CON SANGRE, CON TORTURAS, CON DETENCIONES Y
DESAPARICIONES, LA GESTA HEROICA DE NUESTRA NUEVA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA!
El anciano me despierta de mi
delirio, avisándome que la cola ha comenzado a avanzar.
Ese lunes en la tarde… salimos a protestar!!!
Reinaldo Poleo
@rpoleo
P.D. Gracias Red… tú le das
sentido al remolino de mi cabeza.
Oración de San Francisco
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el
Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino
consolar;
Ser comprendido, sino comprender;
Ser amado, como amar.
Porque es:
Dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.
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